Círculos de luz
El haiku, de origen japonés, con tres versos de 5, 7 y 5 sílabas, que canta a la naturaleza, la vida cotidiana y ciertos aspectos religiosos, fue reasumido y recreados por los más variopintos poetas occidentales. Jorge Luis Borges u Octavio Paz; de Ezra Pound a Roland Barthes; Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y la mayoría del 27, experimentando un repunte singular en la poesía española de la segunda mitad del siglo XX.
Círculos de luz es un libro de haikus muy personal. Ciento un poemas, la emoción se desborda, divididos en ocho grandes partes. ¿Acaso porque el 8 es el número predominante en el ritmo hablado y cantado español? Despertar, primavera, solsticio, verano, otoño, invierno, letargo, amanecer. Y el círculo se cierra, los círculos entre sí entrelazados van pasando la luz, para volverse a abrir en esperanza. “¿Retornará el ausente? / Las cerezas de nieve del almendro / se reflejan en los retrovisores”.
Estaciones de vida más que de naturaleza. Nacer, amar, desarrollarnos, reproducirnos, reposar en el letargo de las lluvias, envejecer, morir… y renacer para recomenzar y recrear el ciclo. “Dar luz a la existencia, / salir del útero. / No sabemos qué habrá del otro lado”. Y todo en esas gotas de esencia que sabían destilar nuestros abuelos del romero, la tierra y la luz.
La Autora
Dar luz a la existencia,
salir del útero.
No sabemos qué habrá del otro lado.
Cuando nacen los niños,
ingravidez del alba,
calor de cielo.
Abanicos abiertos.
En la primera infancia
cantan los cisnes.
Cuando se pare a un hijo,
todos los ruiseñores
se visten de oro.
Arrugado e indefenso,
un niño nace
igual que los gorriones.
Una luz diferente:
pan en la mesa,
cometas de colores.
Dos camas juntas,
la almohada en común.
Amor en vísperas.
Cuando dos cuerpos se aman,
plenitud y éxtasis.
Espejos circulares.
Los patitos del río
se aman sin cortapisas.
Tu fuego transfigura.
Canciones de goliardos:
brindar con uvas
la primavera eterna.
Tréboles de cuatro hojas,
tenedores de tres.
La imperfección también en primavera.
La piedra aroma
del muérdago que crece
entre sus grietas.
Chocolatinas dulces,
pan compartido.
Más sabrosos, tus labios.
Fotografía: Jesús Alba Enatarriaga.
María Pilar Martínez Barca (1962) es doctora en Filología Hispánica y autora de los libros: Epifanía de la luz (1988), Historia de amor en Florencia (1989), Flor de agua (1994), Manuel Pinillos o la consagración a la poesía (2000), Poesía completa, 1948- 1982, de Manuel Pinillos (2002), Se está muy bien aquí. Diario de una amistad (2002), El corazón en vilo (2005), La manzana o el vértigo (2009), Del Verbo y la Belleza (2012), Pájaros de silencio (2016), En luna llena (2020), De la noche al Ángelus (2020), Tránsito (2021), El penúltimo ocre (2024), Flor de agua (2024). Entre sus numerosas antologías, Penúltimos poetas de Aragón (1989; Yin. Poetas aragonesas 1960-2010 (2010); Amantes. 88 poetas aragoneses (2017). El cuento infantil El bosque circular (2019), y las novelas El ramito de azahar (2022) y Cada otoño migran las golondrinas (2024). Medalla a los Valores Humanos del Gobierno de Aragón (1989); lectura pública por el Día del Libro y del Derecho del Autor del Ayuntamiento de Zaragoza (2021); Premio Moisés Calvo a la trayectoria profesional del Centro Soriano de Zaragoza (2022). Premios Tiflos de Periodismo (2008); Nacional Acordes de Poesía (2015); Internacional de Poesía Juan Acaide (2016); MujerArte de Poesía (2017); Crónica Helen Keller, Bogotá (2018). Finalista Premio Fernando Rielo de Poesía Mística (2000, 2007, 2020). Coordina la colección Joseph Merrick, Libros del Innombrable, de literatura y diversidad funcional. Cuenta con su propia sección en Heraldo de Aragón. Blog: La lámpara encendida, <https://pilmarbarca.blogia.com/>.