El aire es de los dioses

Ángel Crespo

El aire es de los dioses

Mi acercamiento inicial a Ángel se remonta a 1974, una aproximación de carácter epistolar. Yo le escribía a Mayagüez (Puerto Rico) y él me contestaba a Luesia. Él celebraba que, en homenaje a Salvador Espriu, ese

pueblecito del prepirineo aragonés viviese en mis poemas con el anagrama Aiseúl.

Eran cartas fraternalmente literarias en las que el aprendiz de poeta que era -y sigo siendo- yo manifestaba al maestro inquietudes y proyectos que él acogía como un regalo, correspondiéndome con sus rigurosas traducciones de Dante, Petrarca, Pessoa, Eugenio de Andrade y facilitándome el contacto con extraordinarios poetas brasileños como Lêdo Ivo, y portugueses como Osorio, Ramos Rosa o Vergílio Alberto Vieira.

Cuando fundé la Colección Puyal de poesía tuve la satisfacción de editar, en 1978, su gran libro Claro : oscuro, cuyos primeros ejemplares, recién salidos de la imprenta, acudió a recoger a Zaragoza, en compañía de Pilar. Entonces nos conocimos personalmente. Trinidad Ruiz Marcellán y yo les acogimos en nuestra casa. Fue una semana de conversaciones hasta altas horas de la madrugada.

Recuerdo que una noche (atizado yo por la imprudente furia juvenil y las llamaradas del alcohol) me atreví a manifestarle una preocupación que me mortificaba: el riesgo de que su erudición pudiera estrangular el potencial brutalismo de su creación poética. Ángel, lejos de recriminarme, consiguió que en adelante me acercase a la lectura como fuente de placer y viese en la cultura el tesoro mayor de la existencia humana.

(fragmento)

Ángel Guinda

Texto en Homenaje, Calaceite, Octubre 2005

Biografía

Su primer libro de poemas aparece, significativamente, en 1950, año que da nombre a la generación a la que Ángel Crespo pertenece y de la que es uno de sus más destacados representantes.

La poesía de Ángel Crespo anterior a este libro se encuentra recogida, salvo algunos poemas dispersos en revistas, en los titulados En medio del camino, Claro: Oscuro, Colección de climas y Donde no corre el aire. Otros libros: Amadis y el explorador, Libro de odas, Parnaso confidencial y El escriba de pie.

Traductor del italiano, portugués, francés y retorromano (Dante, Pessoa, Joao Cabral de Melo, Eugenio de Andrade, La Chanson de Roland) que le llevaron a la concesión del premio nacional de traducción.

Es también autor de varias ediciones críticas de poesía y prosa; asimismo ha enseñado cursos de poesía en las universidades de Leiden, Venecia y Mayagüez, siendo catedrático en la última de ellas de literatura comparada.

Fue director de las revistas Deucalión y Revista de cultura brasileña, y codirector de El pájaro de paja y Poesía de España. Habiendo fijado su residencia en Barcelona, falleció en la dédaca del 90.