Hijos de la luz y de la ira

Francisco Álvarez Koki

Hijos de la luz y de la ira

Solapa

En su última obra, Hijos de la luz y de la ira, Francisco Álvarez Koki nos conduce en un viaje emocional a través de su tierra natal, Galicia, el entorno del mar y la vibrante ciudad de Nueva York, donde ha vivido y encuentra inspiración. Con una voz poderosa y comprometida, el poeta aboga por el cambio y la mejora de la realidad social de nuestros días, recordando a maestros como Federico García Lorca, Miguel Hernández y José Saramago. Sus versos son un canto a la humanidad, donde el amor, la lucha social y la emigración se entrelazan en una poesía que trae el recuerdo del pasado para ganar el futuro y ahuyentar los miedos. Como un corazón latiendo en la ceremonia de vida de los necesitados, Francisco Álvarez Koki escribe para comprender el mundo, para cambiarlo y compartir lo que le duele, buscando también la reacción y acción de los lectores para hacer posible un mundo mejor. La poesía de Francisco Álvarez Koki es un reflejo de su conducta como persona: comprometida, luminosa y humana. 

Como decía José Martí, la poesía tiene que ser útil.

Pedro Enríquez

Prólogo

Dar la bienvenida a la república de las letras a un nuevo libro de Francisco Álvarez Koki es siempre una grata tarea. En este sentido, Hijos de la luz y de la ira, supone sin duda un paso adelante en el itinerario poético del autor. Desde el primer poema, Poeta de mi gente, debemos señalar el notable vínculo que une al poeta con su tierra natal, Galicia, y con la tradición cultural que subyace en los versos de este espléndido poemario. 

La tierra y las personas que la habitan son elementos esenciales de estos poemas, así como el mar que abraza este ámbito propicio en el que el escritor trasciende por medio de la poesía. El mar es aquí, entre otras cuestiones, el entorno donde despunta el alba llena de palabras bellas. El escritor fija su mirada poética en el océano y su horizonte remoto, donde la luz se entrevera con el mar. Allí, donde los antiguos pueblos castreños de tradición celta situaban el edén tras su paso por el mundo. Ese mar por donde camina el poeta y se revela ante nosotros como metáfora de esta sociedad en la que Francisco Álvarez Koki amasa vida y poesía. 

También desde el inicio observamos en estas páginas a un poeta involucrado con la necesidad de cambiar y mejorar la realidad social de nuestros días, así como con la recuperación de una memoria histórica que reivindica como parte de su inseparable bagaje cultural. De esta manera, hallamos tres poemas excelentes colmados de significado, escritos para rendir homenaje a Miguel Hernández, Federico García Lorca y José Saramago, nombres distanciados en el tiempo aunque cercanos en ideas y valores. Compañero Miguel, tu voz es viento de primavera. / Como el toro has nacido para el luto, / donde el pueblo tiene su trinchera, nos dice Álvarez Koki en su poema Alimentando lluvias. En el dedicado a Saramago podemos leer: Era tu corazón una voz, / fuerte y firme contra las hienas, / que buscan en las multinacionales, / dominar nuestra tierra. Unas páginas más tarde, descubrimos el poema Hablaron las balas en cuyos versos resuenan aún los disparos que acabaron con la vida de Federico García Lorca: El crimen fue en Granada / tú eras el poeta, ellos no eran nada, / lloró tu Andalucía, lloró tu Granada. / Ellos lo tenían todo, tú no tenías nada. 

Tres poemas en los que el poeta alza su voz comprometida. Compromiso cívico que se trasmuta en trágico grito en el poema La luna desnuda, para rememorar uno de esos crueles episodios que en su día llenaron de violencia y dolor los campos y pueblos de este país nuestro. Algo que el poeta no desea olvidar, pues trayendo en sus versos el recuerdo de aquel pasado aciago parece querer ahuyentar de cara al futuro a las fuerzas que hicieron posible aquellos hechos terribles. 

Entre esta tipología de poemas que evocan personajes imprescindibles de la historia y la cultura, resalta el poema Muerte de un patriota dedicado a Filiberto Ojeda Ríos, líder del ejército popular boricua ‘Los Macheteros’ – como se explica en el libro – que murió por los disparos del FBI en 2005 en Puerto Rico. Frente a este trágico suceso, canta el autor en este interesante poema: Maldito sea el imperialismo, / maldito y maldito sea, / cuando se asienta en tanto cinismo, / y tan cínicamente se recrea. Igualmente, en otro momento del libro y con un tono más lírico, rescata el poeta al escritor italiano Cesare Pavese, cuyos versos vuelan y le siguen desde las páginas de Un viejo ejemplar de la Estafeta literaria. 

La poesía de Francisco Álvarez Koki es un canto colmado de humanidad. A lo largo de estos versos hay, con sus luces y sombras, una firme creencia en el ser humano y por ello surgen poemas de la memoria más entrañable como El alba del campesino, dedicado a su suegro José Estévez y escrito con admiración y respeto a quienes trabajan la tierra, labor llena de sabiduría ante la que el poeta exclama: ¡Tú sí que sabes de tierras de cosechas y de vientos! Igual sucede en otros dos poemas de corte elegiaco que contiene este libro. En Molinos de la Regueira, a la memoria de Mario Rodríguez, nos recuerda el poeta el valor de estos artefactos tan unidos a la labranza: Molinos que en otro tiempo / fuisteis voz al trabajar / y hoy en tu callado lamento / eres la historia de Estás. En el poema Recuerdo, a la memoria de Jesús Panadero Segur, aparece de nuevo la tierra: Caminaré tus campos, / que buscan tu sombra, / donde la hierba se mece, / para llorarte toda. El poema A Matilde puede enmarcarse de igual forma dentro de estos poemas de la memoria más allegada del poeta. Tal vez nunca supimos, darte las gracias, / a todas esas horas robadas de tu calendario, diario, subraya el autor en estos versos con nombre propio. Por último, citar el poema a la muerte de su abuelo, titulado explícitamente La memoria, cuando le …llevaron por un camino de luto, / a otra casa donde se hablaba bajito.

 ¡Cuánta importancia tienen los recuerdos para Francisco Álvarez Koki en este poemario! En el quehacer poético del poeta cobra, en efecto, gran relevancia la idea del recuerdo, no solo en los últimos poemas mencionados por la pérdida de seres queridos, también por esos episodios o momentos que no regresaran, hurtados ya por la fugacidad del tiempo. Así, en el poema El recuerdo, anota el poeta: Podrá pasar el tiempo ya lejano, / y sentir la caricia del recuerdo, / donde unos labios den calor humano / y la locura, sea un sueño eterno. y en el poema Sinfonía del recuerdo, Álvarez Koki vuelve la vista, una vez más, hacia una época lejana de su biografía en la que advierte un vestigio de bienestar: También recuerdo las mañanas felices, / desde la ventana de mi casa de A Estivada. / Mientras en el huerto, en los manzanos y en las higueras, / cantaban los jilgueros, su concierto cotidiano. / Ahora camino por Broadway y pienso,… 

Sí, pasea el poeta por Broadway, porque la otra dimensión vital de Francisco Álvarez Koki se ubica en la otra orilla del Atlántico, en la gran ciudad de Nueva York, urbe que describe en su poema Factoría: El mapa de Nueva York / es todo subterráneo, / y la vida un sucedáneo / de la esquina y el dolor. Un poema cuyos versos finales no pasan inadvertidos por su duro realismo: Qué futuro el de Juan Pueblo / que se escapó a la ciudad / y cayó en la necesidad. La realidad neoyorkina es aquí fuente de inspiración, ámbito de reflexión y, tras el paso de los años inmerso periódicamente en dicha realidad, parte de las señas de identidad del poeta. Sin renunciar a sus raíces, su existencia en una de las grandes metrópolis del planeta, donde se funden tantas gentes y culturas, aporta a la poesía de Francisco Álvarez Koki una visión universalista de la creación literaria, algo que confiere un alto valor a su producción poética. 

De este modo, la crítica social está a flor de verso en poemas como New York donde podemos leer: El capitalismo / que engaño / entre el robo y el amaño / el mundo hecho espejismo. Cambia de tercio en el poema Nueva York de los mortales, en el que hace aparición la ironía para revelar que Algunos escritores hoy en día, / viajan a Manhattan, se suben a las nubes / y de ahí no bajan. Escritores de Quinta avenida, Carnegie Hall, el Broadway de los teatros y las buenas universidades que viene y van. Frente a lo cual el poeta nos recomienda: Busquen a Nueva York en las putas / Y en las locas, que chingan en los portales, / en los Botox y en las pelucas, / y en el odio de los mortales. La otra vida de este poeta en Nueva York son versos como Una paloma se suicidaba en Park Avenue. / Y en el tren, un loco hablaba solo, escritos mientras Llovía en Boston. 

Este libro de Francisco Álvarez Koki contiene dos himnos que son sendas declaración de intenciones. Los himnos sirven al autor para expresar su creencia en la igualdad de género, afirmando en el poema Himno a la igualdad: Compartamos el destino / siempre al cincuenta por ciento, y en Himno a la esperanza se expone el poeta ante el mundo y declara su credo: Yo soy Koki de A Guarda, / y este es mi son. / Queremos un mar limpio, / sin chapapote, sin contaminación. / Un monte sin llamas ni recalificaciones. / Queremos una sociedad con conciencia / sin corrupciones. Los versos de este Himno a la esperanza es una trova audaz al futuro posible, una canción en la que el poeta plasma un ideario que hace suyo y desea compartir con El que esté de acurdo conmigo. Porque Francisco Álvarez Koki se implica sin ambigüedad en la construcción de un mundo diferente, donde prime la justicia social y la solidaridad por la que aboga en sus versos, donde la luz venza definitivamente a los oscuros. Una apuesta poética para hacer factible, quizá algún día, la utopía. 

Asimismo, Álvarez Koki elabora su discurso poético con un lenguaje claro y directo, sin ambages ni artificios innecesarios. Ante todo, el autor desea llegar a lo más hondo de quienes se adentran en sus poemas. Sus versos emergen para dar sentido a su poética y, al tiempo, hacer sentir, agitar conciencias e intelectos, y lo logra. No olvida imprimir un estilo propio a esta poesía tan personal y en ocasiones heterodoxa que el autor crea, compuesta con esa necesaria cadencia que confiere musicalidad y armonía a los poemas. De tal forma que su contenido, a veces áspero por el tema que el poeta trata en su poema, no pierda ni un ápice de su carácter lírico. 

Pero en la poesía de Francisco Álvarez Koki no solo hay reivindicación, recuperación de la memoria y compromiso. La temática amorosa tiene su espacio en Hijos de la luz y de la ira. En Poema para un sueño cobran fuerza las imágenes para declarar: Por tus labios beso. / Tu sonrisa arco iris, / entre el cielo y la tierra, / abraza todo mi cuerpo, / hecho quimera y en el poema El viento de tu cuerpo da entrada a una poesía intimista repleta de sensualidad: Por eso bebo tus palabras, como una voz de tu aliento. / Tu corazón y mi piel, laten juntos, / en un abrazo de latidos, que siempre guardaré en secreto. Donde alcanza su cenit el tema amoroso en este libro es en el poema Lola. En sus versos están todas las claves del amor al que canta nuestro autor. Todas tenían nombre, / pero la más bonita, se llamaba Lola. / Ahora solo quiero, / despertar amaneceres, / al cobijo de tus besos, son versos escritos para enaltecer un querer incondicional que es razón de la existencia del poeta. Versos donde se pregunta por aquello que mueve su creación poética: Yo no sé por qué arrastro tanto dolor conmigo. / No se amor por que me duelen tanto, / los cuerpos ajenos, las historias reprimidas. / No sé por qué soy piel del mundo, / preso como raíz de tierra. Aunque también hay miedo, como explica en el poema Hechizo a que el amor se trasmute en desamor: Tengo miedo que se rompa el hechizo, / y que tú y yo no estemos, / en el mundo del amor y del silencio. 

Comentar que el poema Pétalo de miedo y ansias no es, claro está, un poema de amor, pero relata un señalado episodio de iniciación en el arte de amar, como tantos otros revestido de temores y recelos: Entonces cuando subiste aquel cuarto / al que nunca habías entrado antes / notaste temblar las piernas. 

Hijos de la luz y de la ira es, así, un poemario que nos permite entender en profundidad al hombre, Francisco Álvarez Koki, y su poesía. En este libro el autor se desviste ante el lector para dar a conocer que su patria es la mar, esa mar que allá lejos me rompe en nostalgias / y hace de mi silencio una bandera que busca tu playa. (versos del poema Mi patria es la mar); que estamos ante un poeta que saluda a la vida, a ese …no sé qué en el alma, / que se me hace grande, / tal vez sea la felicidad, como nos explica en el poema Saludo; o que, tal y como escribe en el poema Yo necesito, necesita luz, pensar, palabras, viento,… para confeccionar estos versos que surgen de sus adentros. 

Hijos de la luz y de la ira concluye con el poema que da título al libro. Un poema final donde el poeta no se anda con tapujos y, si algo no hubiera quedado claro en los versos que han salido a nuestro encuentro en las páginas del poemario, en este último acto abunda en lo dicho: Hoy más que nunca, baila la razón de la sinrazón. / Hoy los sin luz, han llegado al poder. / Cuanto más bruto, más presidente. / Cuanto más payaso, más simpático. El poeta asume su función de denunciar y poner en evidencia una realidad incomoda: Nos estamos inventando un mundo feliz, / que no existe. / El poder prostituye al mundo. Esto sucede cuando el poeta, como es el caso de Francisco Álvarez Koki, no se recluye en torres de marfil sino que transita por las calles y los campos escrutando la realidad que nos rodea. Por todo lo apuntado, leer la poesía de Francisco Álvarez Koki es un ejercicio muy conveniente. 

Así sea. 


Francisco J. Castañón 

Biobibliografía

Foto: Anxo Cabada

Francisco Álvarez Koki: A Guarda, (1957).

Escritor gallego y animador cultural. Autor bilingüe residente en Nueva York, donde fundó el colectivo Celso Emilio Ferreiro, para difundir la cultura gallega. 

Sus últimos libros publicados en gallego  en poesía, son: Mais aló de Fisterra, (Juglar, 2022); A memoria das palabras, (Fervenza, 2018);  en narrativa: Ratas en Manhattan, (Embora, 2023);  Aldea Buxán, (Embora, 2021); en Literatura infantil:  As catro estacións,  (Juglar, 2023); Un neno na emigración, (Fervenza 2018); Vasoiras Barreiro, (Fervenza, 2018); Olivia e o clarinete máxico,  (Mr. Momo, 2021).

En castellano ha publicado: Erótica, (Ondina, 2022);   Erótica...2. Antología de toda la poesía amorosa del autor, (Sial Pigmalión, 2018);  Sombra de Luna, (Sial Pigmalión, 2015). 

Ha coordinado las siguientes antologías: Luna y panorama sobre los rascacielos. Poetas españoles en Nueva York, (Juglar, 2021); Piel Palabra. Poetas españoles en Nueva York, (Consulado General de España en Nueva York, 2003);  Viento del Norte. Poetas hispanos en Nueva York, (Sial Pigmalión 2021).  


Poema

POEMA PARA UN SUEÑO 

Escribo. 

Esta tarde triste 

rodeada de silencios, 

miro por tus ojos. 

Por tus labios beso. 

Tu sonrisa arco iris, 

entre el cielo y la tierra, 

abraza todo mi cuerpo, 

hecho quimera. 

Tu geografía es mi sueño, 

perdido en el Océano. 

Ahogarme en tus dos lunas, 

limones de madreselva 

subiendo por la espiral 

loca de los deseos. 

Tal vez la tarde suelte una lágrima 

con la pasión de un beso 

y una campana toque, 

en silencio a duelo.