Por no decir adiós

Ildefonso Manuel Gil

Por no decir adiós

Ildefonso Manuel Gil pertenece hace ya mucho a la gran tradición de la poesía española del siglo XX que quizá algún día habrá que ver menos fragmentada de lo que la rutina nos presenta.

Conviene no olvidar que el poeta escribe estos versos en su vejez, consciente de la cercanía de la muerte. No es cosa de ahora mismo, por supuesto. En toda la obra de Gil ha estado presente la contemplación del final inevitable y de lo fugaz del tiempo que se nos ha concedido: fue una constante de la poesía que surgió de la guerra civil y que, en su caso, recogía además la dramática experiencia de propias amenazas y el dolor antiguo de dos tránsitos que le marcaron profundamente, el de su padre todavía joven y el de su hermana Victoria, muerta a los dieciséis años

José-Carlos Mainer

Biografía

Ha desarrollado todos los géneros: Ha sido traductor de Os Lusiadas de Luis de Camoens, estudioso de la obra de Benjamín Jarnés, Mor de Fuentes, Federico García Lorca, Valle-Inclán, Baroja, Azorín o Bécquer; memorialista en Un caballito de cartón (1996), co-director de revistas como Literatura, junto a Ricardo Gullón, y sobre todo narrador y poeta. Entre otros títulos líricos ha publicado Borradores (1931) y La voz cálida (1934), sus poemarios de pre-guerra, Poemas del dolor antiguo (1946), Homenaje a Goya (1946, y reeditado en facsímil cincuenta años después), Luz sonreída, Goya, amarga luz (1972), El tiempo recobrado (1950), Elegía total (1976) o Las colinas (1990). Parte de sus libros vinculados con el paisaje aragonés fueron recogidos en el volumen Hectopoemario. Su obra figura en numerosas antologías. Como narrador ha publicado La moneda en el suelo (1951), Juan Pedro el Dallador (1953), Pueblonuevo (1960), La muerte hizo su agosto (1978) y Concierto al atardecer (1992).

Ha sido director de la institución Fernando el Católico y es profesor emérito de la City University of New York. Es académico numerario de la Academia Norteamericana de la Lengua española.

Su obra ha sido ampliamente estudiada, entre otros, por Rosario Hiriart, José-Carlos Mainer, María Antonia Martín Zarraquino, Antonio Pérez Lasheras y Manuel Hernández.